He oído hablar del bar de la Maravillas, que no lo conocí, pero debío
de estar por el Charco y bastante frecuentado en los años 50 y 60.
El primero del que tengo recuerdos es de El Volante, un bar grande, en la calle Abadía, donde mi abuelo solía ir a echar la partida , a tomar el café y a fumarse un cuartelero con los amigos.
El Paraíso era un bar que estaba en lo que hoy es el Ayuntamiento y, los domingos, después de salir de Misa se abarrotaba de gente a tomar el vermouth. Por cierto, había una gran cantidad de tapas y banderillas de gran calidad. Este bar,con el mismo nombre, al cabo de unos años, se trasladó al otro lado del portal.
En la calle Agustín Ungría, ya cerca del Plegadero, estaba el Casino. Desde tiempos de la República, fue Danubio Azul, con sala de baile y grandes atracciones musicales.
Más tarde, en los años 70, el Casino se fue un poco más arriba, a casa de La Sra. Piedad. El bar estaba arriba y el salón de baile en la planta baja.En verano, nos hacía helados caseros por una peseta.
En la carretera, se abrió el bar Las Palmeras, y en la Plaza del Auto, el Bar Plaza. Estos, pronto destacaron porque acapararon a toda la juventud y tenían música permantente con las sinfonolas.
Los domingos, la mayoría de los niños teníamos apenas dos o tres pesetas para gastar. El primer desembolso lo hacíamos en casa Conrado, tienda bien surtida de golosinas y otras exquisiteces de entonces, igual que casa Abel.
Con otra peseta, solíamos ir al Volante a tomarnos un vaso de gaseosa para poder ver alguna serie de televisión de las que había entonces, como Daniel Boon, Trampas, etc. Alargábamos el vaso de gaseosa todo lo que podíamos para acabar de ver la serie sin que nos echaran. El resto de la tarde, ya lo pasabas como furtivo donde se podía.
En las Palmeras, podías entrar, hasta que José salía dando palmas para echar a los que no consumíamos nada. Ya, más adelante, siendo casi adolescentes y con un poco más de poder adquisitivo, podíamos acceder a la sala de la sinfonola, donde pasábamos tardes inolvidables y donde descubrimos la música de entonces.
El bar Plaza era un bar de trasnochar un poco más, sobretodo entre semana, donde había buen ambiente y buenas partidas.
El último bar que se hizo fue el Casino que actualmente conocemos,bien equipado y que, en sus años buenos, era sede de largas veladas .
Lógicamente, con la despoblación los bares se fueron cerrando; hoy, con la crisis,las prohibiciones de fumar y beber si conduces, los bares que quedan, subsisten a duras penas.
Fueron años buenos. Nos quedan dos y, un poco más lejos, La perla.
Anima mucho y acapara casi toda la actividad, en verano, el bar de las Piscinas.
Seguro que todos hemos pasado buenos ratos en cada uno de ellos.
Sí conocéis alguno más, anterior a mi memoria, os agradecería que lo describieseis en los comentarios.
Salud.
José Arcadio.