Hoy, último día del año, he subido a la Corona.
Hacía mucho frío, pero la excursión ha merecido la pena. He encontrado un personaje pintoresco y amable que me ha recibido con cordialidad e interés. Nos hemos hecho amigos.
Es un anciano de pelo y barba blancos y largos, cara arrugada y ojos hundidos, con una profundidad que, al principio, asusta pero después, da confianza. Su voz es extraordinariamente serena. Habla con una seguridad que disipa cualquier duda.
Me recuerda a Melquíades, mi viejo amigo que, en Macondo, me dio a conocer tantas cosas...el hielo, el imán, el equipo de alquimia, la lupa o el telescopio con el que descubrí que la Tierra es redonda como una naranja.
Hace bastantes años, todos los 31 de diciembre, en Erla se hablaba de él. Los niños bromeábamos con subir a verlo a la Corona, pero nunca lo hacíamos.
Es el Hombre de las Narices. Tiene tantas narices como días llevamos del año y sólo se le puede ver en esta fecha. Hoy morirá con trescientas sesenta y seis narices y volverá nacer mañana con una sola.
Forma parte de las leyendas aragonesas que pasaban de padres a hijos.
En realidad, nunca creí que subiendo a la Corona con una camisa mojada y una caña en la mano, como exige la tradición, podría verlo.
Ha valido la pena. Me ha dicho, entre otras cosas, que sigue mi página de internet, que siempre espera, paciente, a que algún erlano suba a conocerle y que su mayor ilusión sería poder bajar al plegadero, para oir a los vecinos comentar los problemas que también a él le preocupan y para compartir las cosas buenas.
En realidad, el Hombre de las Narices representa todo lo bueno y malo que ocurre en Erla durante el año; un saco donde todo se echa y hoy hacemos borrón y, mañana, cuenta nueva.
Me desveló algunas cosas que yo desconocía de hasta qué punto se ha deteriorado la situación de Erla a nivel municipal. Pero ésto tengo que asimilarlo durante unos días. No es fácil de digerir.
Os lo contaré en mi próxima entrada del Blog. A todos os afecta y os ampara el derecho a saberlo.
Hasta entonces, feliz año 2009 a todos los seguidores de Macondo.