y con una actividad agrícola y ganadera considerable.
Seguramente que Antonio Martínez tuvo en cuenta estos datos socioeconómicos a la hora de
de montar su propia panadería. No creo que pudiera sospechar que, casi un siglo más tarde,
la cuarta generación siguiera explotando el negocio con éxito y abasteciendo a gran parte de los pueblos de las Cinco Villas Orientales.
Antonio tuvo dos hijos. Lorenzo se independizó y creó su propio negocio en un
pueblo cercano. Mariano continuó la labor de su padre en Erla, conviviendo con
otra panadería que desapareció en los años sesenta.
Luego siguió Carlos, hijo
de Mariano, quien manteniendo
el viejo horno de leña, supo
adaptarse a las necesidades y a
la tecnología y ha asumido
perfectamente las exigencias
de la industria alimentaria de hoy.
Mano a mano con su hijo, también
Carlos, y la ayuda de varios
miembros de la familia, dan servicio
a una parte de la comarca que, debido
a la despoblación, había quedado
aislada y privada de un servicio tan
básico como es el suministro de pan.
No puedo olvidar los años de mi infancia en los que, sobretodo en estas fechas, las mujeres
iban al horno de Martínez para elaborar sus propias tortas de Moño, tortas de anís,
refulláus, tortas de chicharrones, madalenas,mantecados, etc., previendo la Navidad y
aprovechando que se había hecho la matacía.
Hoy la panadería sigue elaborando todos estos productos tradicionales y alguno más,
dando una excelente calidad en una repostería que nos gusta a todos y de la que presumimos
cuando recibimos algún visitante.
Quiero destacar el doblero como un producto exclusivo y delicioso. Es un dulce que acompaña,
desde hace bastantes años, a las fiestas populares de Erla y deja muy buen sabor de boca
a vecinos y visitantes.
Tampoco olvido la fogaza,
una especialidad de pan de
aceite que en pocos sitios
puede encontrarse fuera de
aquí, ni las migas cortadas
hechas con pan cocido en
leña como el resto.
Merece la pena escaparse un día hasta Erla para probar estos productos de los que,
los que somos de aquí, nos sentimos orgullosos.